Fecha: Febrero 5/2013
Descenso de la Población Indígena
Los grupos Quillacingas y Pasto no opusieron resistencia a
los españoles quienes se posesionaron de su territorio “casi sin costo” (Romoli,
1977-78, 17), razón por la cual reciben de lleno los efectos devastadores de la
conquista, al convertirse en mano de obra preferencial para el laboreo de
minas. Al referirse a la tasación impuesta por Tomás López en su visita
realizada en 1558 Moreno Ruiz (1971, 428) anota:
“esta tasa que estableció anteriormente el oidor Tomás López,
parece que no se cumplió, pues ni los indios, ni los españoles quedaron
conforme. Los indios por que, salvo los pastos tenían poco algodón y técnica de
tejido, por lo que prefirieron seguir prestando servicio en las minas de las
provincias de los Abades, Quillacingas y Sibundoyes y de este modo, llegar a
cubrir la tasa que se les había impuesto con lo cual pasaron a trabajar en las
minas 1.405 indios. Los españoles aceptaron este cambio en la percepción de la
tasa”.
El traslado de población para la explotación de minas era
frecuente muchas veces no sólo de los tributarios sino de familias completas,
tal como lo atestigua fray Jerónimo de Escobar (/1582/ 1983: 294) al referirse
al pueblo de Yscanzé (actual Descansé):
“Estos indios de aquí como en su tierra no se han descubierto
hasta ahora minas, los han sacado y llevado a las minas de Almaguer, donde hoy
en día están por lo cual han muerto muchos”.
En una Cédula Real (1590) en la cual se autoriza a la
Audiencia de Quito la población de una Villa o Ciudad de Indios Junto a las
Minas de Zaruma en el Ecuador, se lee:
“...y que la tierra de Zarama es sana, fértil y abundante de
metales, sólo hay falta de naturales, y esto se podría remediar con poblar allí
dos o tres mil indios Qyillacingas, Pastos Lata cungas, Purháes, Sichos y
Chimbos, llevando de cada nación un número que no hiciese falta en sus
poblaciones y que a éstos se les diesen tierras y casas hechas y fuesen adscriptos
a la labor de aquel cerro y se les pagasen sus jornales poblándose allí una
villa o ciudad donde así mismo se diesen minas y aguas a los pobladores”
(Garcés, 1935: 459, Colección de Cédulas Reales, Fl. 227 , Tomo Primero
1538-1600).
Se constata el traslado de familias indígenas, pues se
propone poblarlos en villas, traslados que se realizan interregionalmente y
cubren el territorio adscrito a la Audiencia de Quito. A pesar de que en la
visita de Rodríguez de San Isidro de Manrique, realizada en 1638, se ordena a
los encomenderos cesar con esta práctica, amenazándolos con la confiscación de
sus encomiendas, 30 años después (1668), el visitador Inclán Valdés, dio
autorización para que indios Quillacingas fueran llevados a las minas de
Almaguer o a la zona Abad, lo cual confirma la permanencia de los traslados
desde lugares distantes. (Calero, 1991:166-171).
En las curvas de población elaboradas para las dos etnias
asentadas en el Valle de Sibundoy (véase gráfico No. 1: población Inga-Kamsá,
Valle de Sibundoy, siglos XVI-XX y No. 2: Indices de crecimiento población
Inga-Kamsá, siglos XVI-XX) teniendo en
cuenta los asentamientos diferenciados, y que cubren el período comprendido
desde mediados del siglo XVI (1558)
hasta el presente (1988) 12 , se hace evidente la catástrofe poblacional que
sufren estas etnias entre 1558 y 1590, es decir, durante la segunda mitad del
siglo XVI, lo cual es más acentuado para la población Kamsá, que pasa de un
índice de crecimiento del 43.33 en 1570, a uno de 16.66 en 1590, (gráfico No.
2.) asumiendo como año base 1558 = 100.
Por su parte, los Inga
pasan de un 86.25 a un 37.75, en el mismo período de referencia.
Sin embargo entre la visita de 1558 y la de 1560 (Anónimo;
transcripción de Hermes Tovar. 1988:26), con tan sólo un año de diferencia, se
reporta un vertiginoso ascenso de la población Kamsá correspondiente a 1.000
tributarios más, cifra que no se tomó en cuenta para la elaboración de los
gráficos, por considerar que representa un aumento muy alto en un período tan
corto. Sin embargo, vale la pena presumir que el apogeo de la explotación de las
minas de oro durante estos años, pudo acrecentar la población a través del
traslado de población indígena procedente de otros lugares para labores en
minería, tal como se ha venido señalando.
El decrecimiento de población durante la segunda mitad del
siglo XVI es resultado en gran parte del trabajo compulsivo en las minas que
implicaba traslados de población al interior de la frontera establecida los
cuales se realizaban de manera indistinta tanto desde el punto de vista étnico
como geográfico: habitantes de los andes, del piedemonte y de las tierras
bajas, se interrelacionaban constantemente, tal vez manteniendo patrones de
poblamiento anteriores a la conquista.
Mapa Poblaciones Indígenas
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